¿Cómo se cura la hipotonía en los bebés?

Hipotonía neonatal

El bajo tono muscular, también conocido como hipotonía, es una afección marcada por la falta de fuerza, tono y control muscular. El “bajo tono muscular” no es un diagnóstico o una afección por sí mismo; suele presentarse como un síntoma de una afección subyacente o de un trastorno del desarrollo en bebés o niños pequeños.

El pronóstico y el tratamiento del bajo tono muscular dependen en gran medida de la causa o condición subyacente. Sin embargo, en muchos casos, la terapia ocupacional, la logopedia, la terapia de alimentación y otras intervenciones pueden ayudar.

Cuando se aborda mediante terapias ocupacionales u otras terapias físicas, los terapeutas capacitados podrán elaborar planes de tratamiento personalizados que hagan hincapié en el control motor, la fuerza muscular, la entrada vestibular para el procesamiento sensorial, la coordinación y la aptitud física general, dependiendo de las características específicas de cada caso.

Si su hijo tiene un tono muscular bajo o se le ha diagnosticado una afección subyacente, buscar opciones de tratamiento puede ser difícil. Los padres y cuidadores de Connecticut pueden encontrar ayuda fácilmente con Cheshire Fitness Zone. Echa un vistazo al vídeo que aparece a continuación para conocer cómo es la fisioterapia en nuestras instalaciones.

Hipotonía muscular

Hipotonía significa disminución del tono muscular. Puede ser una condición por sí sola, llamada hipotonía congénita benigna, o puede ser indicativa de otro problema en el que hay una pérdida progresiva del tono muscular, como la distrofia muscular o la parálisis cerebral. Suele detectarse durante la infancia.

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La hipotonía puede estar causada por una serie de afecciones, como las que afectan al sistema nervioso central, los trastornos musculares y los trastornos genéticos. Algunas causas comunes pueden ser, entre otras, las siguientes:

La debilidad muscular de su hijo puede estar causada por varias enfermedades diferentes, y el tratamiento no puede comenzar sin averiguar la causa real. En el Boston Children’s, los médicos disponen de varias pruebas para diagnosticar la causa de la debilidad de su hijo. Una vez que se ha establecido el diagnóstico, existen varios programas de tratamiento, incluidos los programas de fisioterapia, para ayudar a su hijo a llevar una vida normal.

El compromiso y la compasión con los que atendemos a todos los niños y a sus familias sólo es comparable con el espíritu pionero de descubrimiento e innovación que nos impulsa a pensar de forma diferente, a encontrar respuestas y a construir un futuro mejor para los niños de todo el mundo.

Síndrome del lactante flácido

La hipotonía también puede producirse en la parálisis cerebral, donde una serie de problemas neurológicos (relacionados con el cerebro) afectan al movimiento y la coordinación del niño, y después de infecciones graves, como la meningitis.

Para funcionar normalmente, los músculos dependen de las señales de los nervios motores. Estas señales pueden interrumpirse a nivel del cerebro y la médula espinal (hipotonía central), o como resultado de un daño nervioso entre la médula espinal y el músculo (hipotonía periférica).

El médico suele ser un pediatra (especialista en el tratamiento de niños) con experiencia en trastornos de los nervios y el sistema nervioso, o un neurólogo (especialista en trastornos de los nervios y el sistema nervioso).

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La terapia ocupacional le enseña las habilidades necesarias para realizar las actividades cotidianas. Por ejemplo, el terapeuta ocupacional puede centrarse en mejorar las habilidades de las manos y los dedos necesarias para vestirse y alimentarse.

Bebé con alto tono muscular

La terapia génica se propone cada vez más para tratar los trastornos del sistema nervioso central, incluida la intervención terapéutica para la hipotonía fetal. Las metodologías genéticas y moleculares actuales han agilizado los algoritmos de diagnóstico, lo que ha hecho avanzar significativamente la resolución de este desafiante espectro de anomalías etiológicas y ha fomentado su apropiación para la terapia. Sin embargo, las perspectivas de la terapia génica como tratamiento autónomo se complican por la compleja arquitectura neuronal que se forma durante el desarrollo y que probablemente requerirá una intervención limitada a intervalos sinaptogénicos discretos.

El interés por la terapia génica ha tenido, según los estándares de su evolución técnica, una larga historia. Ya en 1972, cuatro años después de la fecha oficial del desciframiento del código genético, los investigadores sugirieron por primera vez su uso para enfermedades genéticas en la revista Science, y en 1990, una niña de cuatro años con inmunodeficiencia grave se convirtió en la primera paciente en ser tratada con terapia génica. Gracias a los esfuerzos dedicados a la investigación desde entonces, se han abordado muchos retos para su aplicación y algunos se han superado [1]. El desarrollo de un producto de terapia génica en el año 2000, por ejemplo, atestigua el reconocimiento comercial de este éxito. Recientemente, se ha propuesto su uso en el tratamiento de enfermedades del sistema nervioso.