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Rangos de la aristocracia inglesa
Una aristocracia es un tipo de gobierno en el que el poder lo ostenta la nobleza hereditaria o una clase privilegiada de élites sociales. Explora las características de esta forma de gobierno y varios ejemplos de aristocracias a lo largo de la historia.
¿Qué es una aristocracia? Una aristocracia es una forma de gobierno en la que gobierna un pequeño grupo de élites. Los aristócratas, o las élites gobernantes, suelen gozar tanto de prestigio social y económico como de poder político. Suelen tener un título honorífico específico, como duque, duquesa, barón, baronesa, etc. Además, los hijos suelen heredar el estatus aristocrático de sus padres. En algunos casos, se puede ascender a la aristocracia mediante el servicio a un monarca. Los estudiantes modernos suelen asociar a los aristócratas con una monarquía, o un gobierno regido por una sola persona. A menudo este cargo es hereditario y se transmite a través de un linaje familiar a lo largo del tiempo. En innumerables cuentos y películas aparecen aristócratas como ayudantes, amigos y enemigos de la familia real; sin embargo, en algunos lugares los aristócratas gobernaban sin monarquía. La palabra aristocracia proviene de la frase griega ‘gobierno de los mejores’; sin embargo, la aristocracia como forma de gobierno ha tenido diversos problemas.
Definición de aristocracia
En la aristocracia, la autoridad soberana está en manos de un cierto número de personas. Son ellas las que hacen las leyes y las hacen cumplir, y el resto del pueblo es, a lo sumo, con respecto a ellas, como los súbditos en una monarquía con respecto al monarca.
El sufragio no debería asignarse por sorteo; sólo se cosecharían sus inconvenientes. En efecto, en un gobierno que ya ha instituido las más onerosas distinciones, si se eligiera a un hombre por sorteo no sería menos repugnante : es al noble a quien envidian, y no al magistrado.
Cuando los nobles son numerosos, es necesario que haya un senado que resuelva los asuntos que el cuerpo de nobles no puede decidir, y que prepare los que sí decide. En este caso se puede decir que en cierto sentido la aristocracia está en el senado, la democracia en el cuerpo de nobles, y el pueblo no es nada.
Será una cosa muy feliz en la aristocracia si por algún camino indirecto se hace surgir al pueblo de su inexistencia : así en Génova el Banco de San Jorge, que es dirigido en parte por los principios miembros del pueblo, [1] le da una cierta influencia en el gobierno que hace toda su prosperidad.
Pros y contras de la aristocracia
La aristocracia es una forma de gobierno en la que el pueblo es gobernado por una pequeña clase privilegiada llamada aristócratas. Aunque la aristocracia es similar a la oligarquía en el sentido de que ponen el poder en manos de unas pocas personas, los dos tipos de gobierno difieren en varios aspectos clave. Las aristocracias de élite, que en su día fueron la forma de gobierno más común, han gobernado importantes países como el Reino Unido, Rusia y Francia a lo largo de su historia.
El término aristocracia proviene de la palabra griega aristokratia, que significa “gobierno de los mejores”, siendo aquellos individuos considerados más cualificados para gobernar la sociedad por su superioridad moral e intelectual. El término aristocracia puede aplicarse no sólo a una clase dirigente gubernamental, sino también a la clase social más alta de una sociedad determinada. Con títulos honoríficos, como duque, duquesa, barón o baronesa, los miembros de la clase aristocrática disfrutan tanto de poderes políticos como de prestigio social y económico.
La mayoría de las veces, los aristócratas heredan sus cargos, a menudo a través de siglos de linaje familiar. Este método refleja la antigua pero infundada creencia de que los miembros de algunas familias son genéticamente más aptos para gobernar que otros. Los aristócratas, especialmente en las aristocracias gubernamentales, pueden ser elegidos por su intelecto superior y su capacidad de liderazgo demostrada. Los aristócratas también pueden ser seleccionados por favor, es decir, por la concesión de un alto rango por parte de los monarcas a los individuos que mejor les han servido. Por último, las posiciones dentro de la aristocracia pueden basarse puramente en la riqueza personal, ya sea ganada o heredada. En las aristocracias basadas en la riqueza, los miembros de las clases económicas más bajas no tienen ninguna posibilidad de alcanzar el poder político, por muy grande que sea su intelecto o su mérito.
Aristocracia frente a nobleza
El concepto evolucionó en la antigua Grecia, donde se solía dar poder a un consejo de ciudadanos destacados y se contraponía a la democracia representativa, en la que se nombraba a un consejo de ciudadanos como “senado” de una ciudad-estado u otra unidad política. A los griegos no les gustaba el concepto de monarquía y, al caer su sistema democrático, se mantuvo la aristocracia[1].
En el libro Leviatán, de 1651, Thomas Hobbes describe la aristocracia como una mancomunidad en la que el representante de los ciudadanos es una asamblea sólo por parte. Es un sistema en el que sólo una pequeña parte de la población representa al gobierno; “ciertos hombres se distinguen del resto”[9] Las representaciones modernas de la aristocracia tienden a considerarla no como el antiguo concepto griego de gobierno de los mejores, sino más bien como una oligarquía o plutocracia: el gobierno de unos pocos o de los ricos[cita requerida].
El concepto de aristocracia según Platón, tiene un estado ideal gobernado por el rey filósofo. Platón describe a estos “reyes filósofos” como “aquellos que aman la visión de la verdad” (República 475c) y apoya la idea con la analogía de un capitán y su barco o un médico y su medicina. Según él, la navegación y la salud no son cosas que todos estén capacitados para practicar por naturaleza. A continuación, una gran parte de la República aborda el modo en que debe establecerse el sistema educativo para producir estos reyes filósofos.